Una ducha
Estoy angustiada, emocionada, pero al mismo tiempo estoy ansiosa. Siento que le gustó, pero no estoy segura. No obstante, hoy más que nunca deseo con todo mi corazón seducirlo, percibir en su mirada si me desea o si solo soy alguien que le cae bien.
Los pensamientos son contradictorios, existen una y mil posibilidades de cautivarlo, entonces, recreo en mi mente distintos escenarios, lo visualizo observándome, haciendo un cumplido sobre lo lindo que me queda el vestido, y en ese momento se me ocurre imaginar:
- Las bragas blancas tipo hilo de encaje son perfectas, puedo imaginar el momento justo donde él las quita ¡delicioso! Pero bueno, me formulo preguntas acerca de cómo va a desvestirme. Además, como tal en ese momento, él no use sus manos y, por el contrario, use su boca.
Cierro mis ojos y de verdad su rostro está en mi cabeza, sus ojos y su sonrisa. En fin, de regreso a la tierra, pienso en el bra que voy a usar, mis senos son un poco voluminosos y quiero que luzcan bien, ahora que lo pienso, jamás he notado si a él le gustan, ¿será que sí?
Una vez listo el outfit, entro al baño y empiezo a quitar mi ropa. Mientras lo hago, cierro los ojos y pienso que mis manos son las suyas. Entonces, acaricio mis senos con suavidad. Él tocó mis pezones, usa su boca en ellos y pasa su lengua, después me mira. Existe pasión y ternura en esa mirada.
Abro la llave, el agua corre, él está ahí conmigo, enjabonando, empujándome contra la pared, pidiéndome que separe mis piernas para, posteriormente, tocarme con sus dedos,
¡Mi cuerpo vibra!
Uno de sus dedos se introduce en mí mientras su otra mano agarra con fuerza mi trasero, está detrás de mí besando mi cuello y me dice “Eres hermosa”. El movimiento es constante, se siente placentero y su humedad se confunde con el agua que sigue corriendo. Él me habla, su acento, su forma de decir que si le gustó es erótico.
Y yo acabo de estar en el cielo…
Abro los ojos y es ahí cuando me doy cuenta de qu
é tarde se ha hecho.

Comentarios
Publicar un comentario