Lola la loca
Su estado mental se resumía en la
canción de Héctor Lavoe, así se sentía; triste y vacía. No era amor lo que
pedía, simplemente estaba buscando un momento de lujuria, un momento de locura
y perversión
Se preguntaba qué tan complicado
era hallar un hombre que le tuviera ganas de verdad...
Dónde podía encontrar a un ser con actitud, un individuo capaz de explorar centímetro a centímetro su cuerpo, sin compararla con ninguna conquista fallida de su pasado; y es que ella estaba agotada de tanto resentido y de la falta de iniciativa de muchos...
Buscaba instintivamente esa
pasión, ese trato brusco de alguien que la reclamara como suya, sin preguntarle.
Un Don Juan, que le subiera la falda, corriera sus bragas e introdujera sus
dedos para sentir cuánto ella lo necesitaba.
Y en ese momento recordó aquella
fantasía que desde años atrás rondaba su cabeza y que jamás había experimentado,
porque en su camino, nadie había sido capaz de ver más allá... ella era una
mujer apasionada dispuesta a seducir.
Contemplaba su imagen, se veía a
si misma consintiendo cada parte de su cuerpo, mientras su espejismo de hombre
perfecto la observaba detalladamente. Así le sugería con sus movimientos cuales
eran sus partes más sensibles, cuál era esa carta de navegación para llegar a
puerto con éxito. Así sentada en esa silla con las piernas totalmente abiertas,
acelero el movimiento de sus manos y también bailo al ritmo de su deseo....
Entonces, se puso de pie lo miro
y acaricio sus senos, se acercó y lo invitó a ser parte de su espectáculo,
antes debió animarlo, como una mujer complaciente se arrodillo ante él, poniendo
a su disposición su alma, su ser...
Provocada, estremeció a aquel que
no se conformaba con sólo mirar y le susurro
- he de violarte y sentirte en lo
más profundo de mi ser, entra en mí –
La temperatura aumento y esta
mujer voyerista decidió que era tiempo de ser vista por aquellos que se
merecían experimentar un poco de placer, uso el ventanal de la habitación y le
dijo a él que la enloquecía su cuerpo detrás de ella...
En su rostro y en los ruidos que emitía,
era obvio el éxtasis del que era protagonista
Lena
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